CAPENARICITA ROJA

Érase una vez una niña a la que siempre le estaban diciendo "qué payasa eres, hija mía...". Si se encontraban con un vecino en el ascensor la niña ponía caras raras y los padres se disculpaban, "es que es una cómica...". La niña se ponía el sombrero y las gafas de su padre e imitaba a Elton John que era un cantante que antes era mariquita, cantaba en la mesa como si fuera un piano y le gritaban "Quieres comer de una vez, Carmen????????????". Y la niña erre que erre, disfrazaba con trapos a los niños de los vecinos y se pintaba la cara con tiza el único año que estuvo en un colegio de monjas (huyó, claro...). La niña se sentía rara, pero le daba un poco igual, en aquella época no existía la palabra friki, así que sufría menos. Con los años y con el vagar por los bosques la niña se hizo un poco mayor y fue dejando por las cunetas alegrías y disfraces e incluso dejó que se la comiera el lobo... Pero al final del bosque después de mucho tiempo la niña encontró una casita.... y, oh! en la casita estaban otros enanitos y seres estupendos, y todos se miraron a los ojos y se reconocieron, decidieron ponerse una nariz roja y ser muuuuy felices. Todos se sentían mejor entonces! La nariz tenía magia! Y la niña fue mucho más feliz, tenía un lobezno, y ya era ella la que se comía a los lobos. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado!!!
Clap clap clap